Por norma general, cuando uno decide hacer las maletas y emprender un nuevo viaje, se encuentra en predisposición de pasárselo bien y disfrutar de nuevas experiencias. Pero cuando en vez de una maleta, lo que preparamos es una mochila para hacer unos cuantos kilómetros en BTT, las ganas de disfrutar y pasárselo bien se disparan, en especial los viajes de montaña, donde las vistas y la adrenalina se dispara.
Desde hace unos años la forma de hacer turismo ha cambiado radicalmente. Hemos pasado del binomio formado entre el turismo de sol y playa y el turismo de naturaleza a un gran abanico de maneras de emplear nuestro tiempo de ocio y vacacional, buscando siempre sensaciones únicas, auténticas, que aceleren nuestras pulsaciones.
Y es que, si hay algo común en cada ciclista de montaña es que montados en sus bicis las pulsaciones se elevan exponencialmente. El afán de rodar por trilaleras, buscar los senderos más divertidos, y el mezclarte con la naturaleza para, con un poco de suerte, no “tocar” el asfalto en unas cuantas horas son varias de las premisas que persigue un buen aficionado a las rutas en mountain bike.
La versatilidad que te ofrecen los viajes en bicicleta de montaña es fascinante. Aunque lo habitual es madrugar un domingo por la mañana para irte con los amigos a dar unas cuantas pedaladas por la Sierra, hay multitud de posibilidades para pasar un fin de semana o incluso hacer un viaje de varios días de duración.
En el continente europeo el cicloturismo es la modalidad ciclista más demandada, aunque los viajes en bici de montaña están tomando un cariz importante. No muy lejos de España tenemos los Alpes y Las Dolomitas, dos lugares donde se puede hacer un buen uso de nuestra BTT. Otros destinos beteteros de interés son Bulgaria y sus Rodopés (Viajes a Montañas búlgaras en BTT) y el exotismo de Islandia, uno de los viajes más espectaculares que se pueden hacer a lomos de nuestra mountain bike.
Si nos alejamos de Europa, la duración del viaje se extiende inevitablemente y con ella, el valor de la experiencia. Las viajes a montañas rocosas en Canadá harán las delicias de cualquier aventurero y cualquiera de los viajes que existen en Sudamérica –Guatemala, Chile, Perú, entre otros- colmarán las expectativas de los más escépticos.
Para los más intrépidos, siempre les quedará el continente asiático. Aunque menos preparado en cuanto a la señalización de las rutas y servicios para el turista, se encuentra en plena mejora de estos aspectos. La vasta extensión de su territorio y la peculiaridad y variedad de las culturas que cohabitan en él hace que, embarcarse en una pericia ciclista por este continente se convierta en un recuerdo imborrable.
Al fin y al cabo, lo más importante es soñar un viaje con la bicicleta como compañera. Y es que, si un viaje es una experiencia, hacer viajes de montaña en bicicleta es una experiencia única. Multiplica por cien las sensaciones, la mezcla con la cultura local es auténtica y la diversión que nos ofrece la parte en la que se permanece sobre ruedas es inolvidable.